domingo, 29 de junio de 2008

Tribulaciones de la Lengua






Fragmento 1

Te diré que han comido aquí tu carne,
sin saberlo,
tu pecho, sin saberlo,
tu pie;
pero cavilan todos en tus pasos
coronados de polvo.
César Vallejo


Hoy hablan tus huesos
y los ojos se detienen
en un cuadro
es un cuadro de una riña de gallos
donde se ve el temblor de las patas
o las crestas o el temblor
de la muerte del gallo blanco
que tiene el pico abierto

o come las vocales salidas
del eco de tus manos
o de la lengua mutilada
por las ratas

rompe la nariz venga la lúpeta
caiga el ruínico de la trompa
del melícubo sayo suyo
del triste estás detrás
de la puerta sin nadie en la liana
que rompa la cúprica
del bénice del órrido solo
de la plúmbica no estrábica
ni circular sino óleo mármol mago
directamente no no tires
de la túnica del ácido del olor
del aire trémulo émulo

no rompas la mampara
el chasquido de la música
rock que sale por el balcón
ñoño wampole de la clase xíntara
de la lámpara en llamas que despertará
a la jetracina del kelatara
al perfume de la zopisa
o la klepsidra que ha perdido
la memoria

pero dónde cómo encontrar
el pico del gallo
sino en tu blusa
que guarda los redondeles
café con leche de los pezones

oh vera de los gallos
boca abierta del viento
que sacude el cuerpo de ordiseo
y hace crujir las escaleras
o las maderas del museo

ayer eras el sol la piel rayada
de los tigres de bengala
o la luz que irrumpe
la primera sala
de la exposición de greta güersman

o devora el piso de las baldosas
de la escuela de famaillá
esa escuelita a esa hora
de la muerte o las bocas
o la muerte de bocas abiertas
o los gallos teñidos de rojo crick
el pico no pica crick
la picana sí pica crick

crick sobre los ojos
hiere la luz crick
la piel se contare y
se abre la boca o
el pico tiembla por los golpes
crick las descargas crick
crick el pico o el gallo abierto

abierto para que pasen
los ojos de ordiseo
o el abecedario de tu lengua
no hay nada que destruya la memoria

abrapalabra abramemoria
pasan por el cuadro nubes de palabras
es el lenguaje oscuro
del va a llover en tus ojos
que tienen sed o
del no te muevas porque
el relámpago corta la respiración

despierta los ruidos de la casa
y las palabras salen
temblando de la boca
se estrellan en las hojas
en el frío húmedo picante
que penetra las tres salas del museo
o se mete en los gallos
en la ropa de ordiseo
o de vera

es el lenguaje
que se mueve y vibra
en la boca llena de signos
o nervaduras que se quiebran
en las alas de los gallos
del museo
que crece con los ruidos
o los juegos de los elefantes
que levantan su trompa
en el techo

o colorean las palabras
que rodean la tierra
o se atropellan en los jardines
de una casa rota donde la sombra
de los gallos
envuelve a vera
que juega con la resolana o
la memoria o pierde su rostro
invadido por el miedo
que cubre todo el patio
donde sus primos despiertan
con los juegos que se esconden

contemos hasta veinte decías
y creabas la palabra piedralibre
era libre la caída en el deseo o
en el remanso de los cuerpos
abriéndose humedeciendo
tus labios o la ropa
que se hacía agua como el agua
que va de una playa a otra
empapando la tierra
hollada por las crestas
o el cuadro que se precipita
en la boca húmeda de los cadáveres

ha llovido está lloviendo
sobre la ropa colgada en los roperos
donde anida el olor
del rayo que desata la palabra
que labra las paredes
o el cuadro o el piso de la escuela

o las brasas apagadas
donde duerme el fuego que labra
los tifones
labrándose en las costas de áfrica
en los borde de la a
en todo tu abecedario que se moja

y crecen o arden o se disgregan
las semillas en el calor
de los cuerpos muertos o vivos
que brillan bajo el sol
o las constelaciones
que emiten señales abecedarios

y cómo descifrar tanto polvo
o tanto mensaje en una hoja que cae
tanta vida en tus zapatos
o en tu ropa hecha harina

ábrete ábrete palabra
en la luz o en la sombra
calienta los calderos
de las fosas nasales
ábrete en los dientes
siembra la boca de nombres


En estas Tribulaciones de la Lengua, González traza la memoria del lenguaje a partir de tres meridianos: el antropológico, el histórico y el estético; los cuales engarzan sutilmente en un único significante: la palabra, la lengua que indaga y se auto-cuestiona apoyándose en la historia de Vera y Ordiseo, sobre la que González ha montado este poema, que reconstruye el pasado reciente convocando a la vida.
Este libro se terminó de imprimir en diciembre de 1989 por Ediciones Ultimo Reino, Buenos Aires, Argentina, y está dedicado a Hernán González y Sonia Riera

sábado, 14 de junio de 2008

Pasión de la tribu





Arde el día en su ropa raída
y suena un extraño rumor en su pecho
como una ola vecina a los vilanos
que emigran a lugares remotos
donde crujen las semillas bajo un sol
mundial
y estallan arcoiris en los colibríes
que resplandecen en el aire
dónde dónde las alas de los pájaros
los camiones alados de verduras
relucientes como joyas
que penetran los mercados la ciudad
la circunvalan de olores
joyas de verduras de las eras
partos de la tierra que navegan
en camiones como grandes garzas
ondulando el cuello para llegar
a les halles de parís en otro tiempo
al cabo de hornos
a la calle de peligros de madrid
o a la calle junín de tucumán
despierto lleno de viento
de crecientes
de bramidos
me sentía como el gato
que regresa a la casa
y desde mi cuarto seguía escuchando
el rumor del agua
el vuelo de las golondrinas
los olores los ruidos invaden
la ciudad
las ciudades del mundo despiertan
todas las mañanas grávidas
llenas de palomas o gorriones
o rumores o árboles quemados por el plomo
o el óxido de plomo de los escapes
o por la mano del hombre que destruye
el movimiento natural solar
de las hormigas del tatú carreta
agonizante muerto en el zoo de córdoba
oh el zoo de los safaris
luzol que invade las cárceles
un cementerio marino etrusco
o indígena luz de tus dientes
o de tus hombros abrazados
por mi cuerpo
luz luz que penetra o sale
de la boca de las sirenas
de mar luz que arrasa
los andenes de mi infancia
y que duerme dorada
en la cáscara de una naranja
en un palacio de semillas
la mujer se mueve con los astros
y en su cuerpo brillan los almendros
de sus pequeños senos
la colina oscura de su sexo
que palpita en el cuadro con las ovejas
con las majadas que rodean su cuerpo
es la historia que brota de las piedras
como el sol o la resolana que baña
en invierno las ruinas de quilmes
es el viento el viento que despierta
el misterio de los jeroglíficos
que enciende el fuego de la palabra
que circula por el mar mezclada
con los desperdicios
y el aceite quemado de la task force
despierto en una ciudad desnuda
y desde un balcón
descubro el juego
de las golondrinas
que abren la furia del aire
veo cómo se alejan
por los canales y reaparecen
en bella vista
en el arcoiris del pasado
y la lluvia sobre todo la lluvia
desatada sobre los árboles
la noche creciendo
como una gasa negra
como una lámpara
la luna que agoniza roja en las
aguas del río de la plata
la plata dulce la usura de ezra pound
tan viva tan dulce
en la época de martínez de hoz
oh oh la bicicleta cruza países mares
y se desliza cerca de zurich
una señora emite señales sonidos
para que la vean va en globo
un gran globo estalla en el aire
bajo una lluvia ácida
luz luz que despierta los cantos
de maldoror en una edición
del año 1925 luz sobre las flores
los pescados sobre un tanque
de guerra que no sirve para nada
luz que sale de una sinfonía de
beethoven de un cuarteto de
bela bartok o de la trompa de
dizzy gillespie luz blanca de los
pañuelos en la plaza de mayo de
buenos aires luz de lisboa de fernando
pessoa y sus heterónimos
tengo en la boca sueños
con caballos percherones trenes o
barcos que navegan en el humo
por el mar el humo de los barcos
llena mi boca de sueños



Pasión de la Tribu está constituido por un solo poema, sin ninguna puntuación y con una prodigiosa mezcla de elementos heterogéneos. La luz funciona en este poemario como el vehículo generador y conector porque alumbra todos los objetos que rodean al hombre en la tierra. La luz es, por tanto, el vehículo que hace posible la verdadera epifanía que para este poeta es el hecho mismo de vivir, no sólo porque permite aprehender la realidad a través de la mirada, sino también porque es la verdadera impulsora de la vida. En la cosmogonía de Juan González, la luz es sinónimo de mirada y se complementa con la voz de la conciencia del hombre en el proceso constante de mirar y de nombrar el universo. La conciencia que nombra es un elemento individual, pero se sirve de una herramienta común -el lenguaje- para llevar a cabo su tarea apasionada de descubrimiento. Y la palabra "pasión" que aparece en el título del poemario, en realidad tiene el carácter de una afirmación metafísica porque nos deja entrever toda una definición del ser humano que irá desarrollándose en esta trilogía: el hombre es un ser poético, definido por su herencia lingüística y su capacidad de "nombrar". González descubre en el lenguaje un poder sobrenatural que sustituye a los mitos cristianos de pervivencia tras la muerte. La palabra es la luz; su función es la de nombrar, multiplicar y mostrar, no la de explicar, el mundo que ella misma crea.

Poesía Versus Dictadura en la Argentina del Proceso: Juan Gelman y Juan González
By Elsa Cristes

martes, 10 de junio de 2008

Pasión de la tribu




El pasado volvía como un relámpago
cubierto de vegetaciones y animales
no se puede desterrar la soledad
las piedras de la noche
tal vez sea mejor así encogerse
y dejar libre a las fuerzas
de la naturaleza
sentir sobre todo
la presencia del universo ávido
como una lengua de agua
pasándote por los ojos
por el corazón lleno de grietas
quién ha esperado tanto
mientras cae el agua del cielo
aire en las caracolas que guardan
el sonido del mar aire en tu costado
aire que besa tu cuello con mi aire
aire que entra y sale de tu cuerpo
aire del mundo que respiro
cómo encontrar el camino marcado
por los astros por el viento solar
te buscaba en el mundo de una gota
de agua te buscaba en los mercados
en medio de la gente en mis viajes
árticos en la niebla de londres
como francois villon
como un perro de lengua azul
te buscaba entre mis libros
en los guiños del lenguaje
en los amantes de teruel fundidos
en la vía láctea
en el brillo de lo océanos
en la sal de la tierra


Adolfo Bioy Casares y Juan González en el Centro Cultural Virla de San Miguel de Tucumán Setiembre de 1996

sábado, 7 de junio de 2008

Entrevista

Los comienzos

Cristes: Solamente sé que naciste en Tucumán, ¿hay algo que puedas agregar sobre tu familia, tu niñez, tu adolescencia?
González: Mi infancia transcurre en el campo ( mi padre era agricultor) y a partir de la adolescencia vivo en la ciudad de Tucumán.
Cristes: ¿Cuáles fueron los estímulos que despertaron tu interés por la literatura y cuando se definió tu vocación de poeta?
González: desde niño era imaginativo y tenía una gran curiosidad por los libros. Creo que en la adolescencia aparece mi interés por la poesía; es una etapa de muchas lecturas, leía de todo pero principalmente devoraba libros de poesía y cuentos.
Cristes: ¿Cuál fue la etapa de tu vida más decisiva en cuanto a experiencias vitales que puedas verter en tu obra?
González: Hay sucesivas etapas en mi vida que están marcadas por experiencias vitales y eso está registrado en cada uno de los libros que he escrito.

Los libros favoritos

Cristes: ¿Qué tipo de lector eres?
González: Fui y soy un gran lector, no sólo de literatura. Me interesa absolutamente todo.
Cristes: ¿Cuáles son tus poetas favoritos?
González: Puedo citar a César Vallejo, Octavio Paz, pero también algunos poetas anglosajones y franceses.
Cristes: Si pudieras rescatar solamente cinco libros de un fuego que consumiera todos los otros ¿cuáles serían esos libros?
González: No sé si solamente pudiera rescatar cinco libros, pero sí cito a Paradisco de Lezama Lima, Bajo el Volcán de Malcom lowry, la obra de César Vallejo a partir de Trilce, La muerte de Virgilio de Hermann Broch, Ulises de James Joyce y Libertad bajo palabra de Octavio Paz.

Los otros trabajos

Cristes: Sé que, además de poeta, has sido periodista y crítico literario(¿si? he visto un artículo tuyo sobre Cortázar), ¿podrías comentar si consideras que esos traslados de una modalidad de escritura han hecho más fácil o más difícil tu tarea de poeta?
González: El trabajo periodístico que hice fue de tipo cultural y esto operó positivamente en mi escritura.

El trabajo de poeta

Cristes: ¿Puedes decir algo sobre el proceso creativo mismo? Cuando empiezas a escribir, ¿partes de una idea, de una imagen, de un hecho que te conmueve; de dónde surge tu inspiración?
González: En cuanto al proceso creativo puedo decir que éste se inicia en mi caso personal, a partir de una imagen o de un hecho que me conmueve. No creo en la inspiración, ni en la escritura ingenua.
Cristes: ¿Qué te impulsa a escribir? ¿Cuáles son tus motivos para hacerlo? ¿Qué puedes decirnos de lo que esperas lograr con tus poemas?
González: No resulta fácil definir los motivos que llevan a un poeta a escribir, sin embargo, trataré de realizar una aproximación al proceso de la creación poética: sobre esto pienso que, en primer lugar, surgen las obsesiones personales como un disparador de la imaginación. Luego, este proceso va manifestándose bajo la forma de un flujo de imágenes, de las que habrá de emerger una especie de epifanía o revelación, mediante la cual el poeta conectará con otras zonas de la realidad.
La singularidad de este mecanismo reside en el lenguaje como instrumento de revelación significativa, de esas otras zonas de la realidad. De allí que semejante herramienta nos inscribe, ontológicamente hablando, en el registro de todos los tiempos, desde la escritura tribal hasta la escritura de la informática.
Por esto, en mi caso personal, la poesía es sinónimo de comunicación, lenguaje y escritura. Un poema es, ante todo, una entidad lingüística y sensorial, que llega al lector a través de la emoción y las imágenes y que, además, se funda en una determinada alquimia textual.
Desde esta perspectiva diría que mi poesía resulta de una amalgama entre niveles diferentes de la realidad: las vicisitudes históricas, el drama del hombre, sus sueños y utopías, es decir, que para mí la poesía no hace sino revelar la complejidad del ser humano y revelarse como una forma de conocimiento.
No obstante ello, considero que el proceso de creación poética es irreductible, porque siempre hubo y habrá más de una teoría, entonces, lo más importante quizás sea,la felicidad que uno siente al terminar de escribir un poema.
En mi producción más reciente concibo el discurso poético como una estructura capaz de albergar elementos narrativos, que sin modificar la identidad unitaria del poema, se presentan bajo la apariencia de verdaderos personajes simbólicos. Esto es justamente lo que ocurre en mi último libro: "De ella se decía", donde la lengua es un personaje que juega con el sentido de las palabras, distorsionándolas o reinterpretándolas sobre la base de las emociones que cada una de ellas sugiere.
Quizás por esto, cuando escribo siento que camino por una cornisa, donde por un lado acecha el riesgo de caer en los excesos verbales y, por otro, la necesidad imperiosa de lograr la perfección. Sin embargo, precisamente allí, el manejo del lenguaje se transforma en la facultad más elevada que posee el hombre y también en la más peligrosa, ya que la palabra es y será un instrumento subversivo.
A veces, en la vida de los hombres hay circunstancias determinantes y, personalmente, mi residencia de casi diez años en España no representa una excepción, porque durante ese tiempo fue creciendo en mi una mayor preocupación por el destino de nuestro continente, con todos sus conflictos políticos y económicos, de los cuales mi poesía nunca estuvo separada, porque a pesar del pragmatismo de estos tiempos, pienso que nunca como hoy la creación estuvo cargada de tanta responsabilidad, ya que vemos en ella, uno de los pocos valores que subsisten en un mundo sin valores, la única manera de comprender y develar la realidad, en medio de la ruina de la cosmovisión racionalista.
En síntesis, para mi la poesía es el vehículo de la utopía, no para confrontar, sino para enriquecer y potenciar la realidad y, en última instancia, tal vez sea como afirmaba Einstein: "hay un solo camino de salvación y de comunicación con todo: la poesía".
Cristes: ¿Eres cuidadoso respecto al proceso de pulir lo que escribes o publicas la primera versión sin corregir?
González: Si el poema es un cuerpo verbal, conformar este cuerpo requiere una paciente elaboración. Corrijo o trabajo el poema hasta lograr una versión definitiva; nunca me quedo con la primera versión.
Cristes: ¿Qué importancia tiene el sonido y la grafía? ¿Cuan consciente estás del número de sílabas o de los acentos? ¿Lees en voz alta? ¿Piensas en la forma en que tus poemas se verán en el papel?
González: La poesía, para mí, tiene un tono y un ritmo que van marcando la escritura del poema. Y claro que leo en voz alta para sentir cómo suena el poema.
Cristes: ¿Cuál fue el primer poema que publicaste y cuál el primero en el que consideras que encontraste tu voz propia?
González: No recuerdo cuándo publiqué mi primer poema y en cuanto a la "voz propia" creo que esta aparece a partir de mi tercer libro "El grito en el cielo" editado en Madrid en el año 1983.
Cristes: ¿Podrías hablarnos de las circunstancias en que nacieron tus tres poemarios: "Pasión de la tribu", "Tribulaciones de la lengua" y "Cartas de Andrea de Azcuénaga"?
¿En qué fecha los escribiste?
González: Las circunstancias en que se gestaron los poemas que integran "Pasión de la tribu", "Tribulaciones de la lengua", y "Cartas de Andrea de Azcuénaga", son particularmente trágicas para América del Sur, donde gobiernos democráticos han sido reemplazados por dictaduras.
Históricamente esto ocurre en la década del 70.
Los libros mencionados fueron gestados en esa década pero escritos a partir del año 80 en el orden en que están enumerados.

La misión del escritor

Cristes:¿Cuál debe ser la posición del escritor con respecto a la realidad, aceptarla, denunciarla, interpretarla, corregirla?
González: La misión del escritor es un tema vastamente tratado en este siglo y, en este sentido, hay muchas opiniones. Lo cierto es que el escritor antes que nada es un hombre, y como hombre de su tiempo tiene responsabilidades, y lo que escribe debe tener la marca de ese tiempo, la escritura expresa entonces la realidad, que es múltiple.

El exilio

Cristes: La dictadura militar produjo la migración de un gran número de escritores que salió en busca de un clima más benévolo para la creación (y la vida),¿ qué razón te impulsó a salir cuando lo hiciste?
González: El clima de terror y de violencia que se vivía la década del 70 ( la inseguridad por el hecho de pensar diferente) fue una de las razones de mi exilio.
Cristes: El exilio implica un desgajarse de la raíces propias pero también una apertura de miras, aún con respecto a tu propia cultura, ¿cuál fue tu experiencia personal?
González: Todo exilio implica necesariamente un desarraigo y es traumático, pero si uno se integra a la nueva cultura donde se va a vivir, indudablemente ésta le va a aportar elementos positivos que con seguridad van a enriquecer el mundo del creador. En mi caso personal ésta fue mi experiencia.
Cristes: ¿Qué te impulsó a volver, y en qué momento lo hiciste? En retrospectiva, ¿te parece que fue ésa una decisión acertada?
González: Seguramente fue la recuperación de la democracia en mi país. Vuelvo en el año 1984. Fue una decisión acertada, pero hay muchas dificultades para vivir, sobre todo económicas.

Los planes

Cristes: ¿Qué proyectos tienes para el futuro?
González: Como escritor respondo que mis planes son: seguir escribiendo.


Entrevista realizada al poeta Juan González por Elsa Cristes en la Tesis Doctoral "Poesía versus dictadura en la Argentina del Proceso: Juan Gelman y Juan González" presentada en The Florida State University College of Arts and Sciences año 1996

Los Hilos de la Trama



Poema inédito en homenaje a su hijo desaparecido Hernán González

jueves, 5 de junio de 2008

Pasión de la tribu


La luz la luz que invade

los jardines los mercados

el cielo de tu boca

luz mediterránea

risa rizo garabato de la luz

tu sonrisa de gioconda

que invade mi cabeza de majadas

luz alta baja de las carreteras

luzsombra sobre las piedras

de la ciudad encantada

de cuenca


las majadas vuelan

pastan por el sur

hilando en las hilanderías

manchas y colores

que cubren paredes cuerpos y camas

urnas funerarias que conservan el olor

el sol el viento el tiempo acumulado

en las ovejas en la boca de las ovejas

que respiran en los tapices o

en un cuadro de marc chagall colgado

en el british museum de londres


donde duerme una mujer desnuda

abrazando caballos azules astros

en movimiento

por todo el cielo navega mi cabeza

y la tierra los vientos sacuden

los hilos de la rueca

que arma y desarma el misterio

de la trama

donde veo las huellas de tu pie

la sombra de un pie que nace

como un río amarillo río de mariposas


es el trópico me dicen

escucho sin prestar atención

lo que busco es otra cosa

algo que no he podido encontrar

todavía

sé que tarde o temprano

aparecerá en mis sueños

vivo un desorden claro

miro cómo se levantan las tormentas

escucho el aullido del vacío

escucho toco la llama de la pasión


que brilla en la noche

como un ojo de gato

se desatan las tribus

y vuelven los gritos de las cavernas

el iris relampagueante del odio

que oscurece la mirada

que brama en la creciente del pecho

y muerde las sábanas

el fondo de los espejos

donde te miro trajinar en la cocina

atravesada por el deseo


que te acerca a mis ojos

a la raíz de mi lengua que lame

tu cuerpo que arde

con los pájaros

que vuelan en mi cabeza

invadida de ruidos y voces

que atormentan los sueños

pirámides de luz

que iluminan las monedas

los países

luz que penetra el mar e ilumina


tu mundo submarino

luz oro viejo de las hojas

de los castaños de parís

luz de los álamos olmos chopos

que chorrean luz amarilla

luz de los huesos

que se eleva de noche en el campo

pero estás aquí de nuevo

en la luz

extrañamente vacía

en el olvido de decirlo todo


con palabras que no alcanzarás

a pronunciar porque todo es como

un prisma que gira y gira

y sólo puedes recordar

algún reflejo del arcoiris

o tal vez la fusión de todos los colores

y esto ya no lo puedes decir

sino sentir como un estremecimiento

como un beso sobre los párpados

fue así llovía muchísimo y las nubes

quedaban colgadas del cielo


golpeando las alas de las plantas

y siempre igual

el tiempo girando lentamente

hacia el centro de la isla

la costa como una bandada de espuma

salpicada de gaviotas

y el aire de las manos tropezando

en los papeles en los nidos

de los sueños en los vitrales

derribando los colores

te comería el alma dijiste


y sucumbíamos en el infierno

de las cacerías

la pasión de la tribu

el olor de los cuerpos bañados

por una luz roja

que encendía las ventanas

las maderas el aliento de tu boca

universal que amé en la isla de oms

o en lindau en medio de la niebla

luz de tus ojitos de maíz

luz luz intermitente


del vientre de las luciérnagas

luz de la linterna de diógenes

de la vela de rimbaud

en abisinia áfrica año 1880

luz que ilumina el ocio

de los gatos

la cabeza de los niños que nacen

la mañana navega en los ojos

de un perro que ha dormido

en las hojas del otoño

es tan lenta la mañana


es tan suave la dulzura de sus dedos

corderos que pasan atropellándose

como emperadores destronados sin destino

es tanto tanta cosa pública impública

que avanza o retrocede lejos de mi cuerpo

de tus ojos que puedo mirar

cuando hueles a piedra partida por un trueno

viejo ulises están oscureciendo el agua

florida de tus poros están azufrando

el vino perlado de las bodegas del puerto

de la ciudad del buen aire


aire con zumbidos y ruidos de huesos

en el fondo del río de la plata

ojos que te hablan manos que te escuchan

mira el día

innumerables brazos rodean tu cintura

escucha el sonido de los cuerpos

que vuelven de las sombras chorreando sol

son gajos que me acarician

lenguas de miel que estallan en mis manos

voy aprendiendo sus nombres

sus señas particulares


no quiero olvidar nada

ni las manchas de sangre

ni los papeles llenos de secretos

que dicen "mataron el árbol de diana

el misterio soleado de las

voces en el parque"

flechas de humus que avanza y retrocede

sombras de animales y plantas

un bisonte herido huye hacia el infinito

pero sus formas quedan

en las cuevas de altamira




Del libro "Pasión de la tribu"

Junto al poeta Daniel Moyano