domingo, 28 de septiembre de 2008

De ella se decía 2





A veces los sueños la atormentan
y no la dejan vivir
está viajando por el atlas
de su cuarto
con un palimpsesto donde escribe
o borra las cosas que suceden
de pronto se aproximan a sus ojos
las estrellas más cercanas
y grita aterrada
me van a aplastar
van a destruir el jardín
donde dibujo los oceanos
y viajo en el cristóforo colombo
pero siempre vuelve
cubierta de hojas o velos
con huellas en los pechos
o sombras de besos en la boca
son los sueños solares
mezclados con aullidos
que atraviesan las paredes
de su casa
donde vive echando lumbres
todo el tiempo o
tejiendo las telas de su ropa
con las que se cubre
o se menea
cuando cruza la frontera
donde abre las palabras.

jueves, 4 de septiembre de 2008

De ella se decía




a Nicolás Rosa
a José Luis Mangieri


"no se deja callar, no la dejo callar"


En este libro Juan González revela las múltiples caras de la escritura concebida como una figura arquetípica de la cual devienen aspectos como la fuerza paradigmática de lo femenino, el ethos de la comunicación y la creatividad como hecho singular y reivindicatorio del destino humano. Vasos comunicantes, oasis y desiertos significativos que se construyen y desconstruyen en el proceso histórico de la escritura.

Se imprimió en la colección de poesía "Todos bailan" dirigida por José Luis Mangieri, en 1993 Libros de Tierra Firme.

De ella se decía 1




Una humareda blanca sale
de su cabeza

eso sucede desde su nacimiento
escribe y salen de su boca
señales luminosas
y su cuerpo se cubre de mantillos
o valvas que se acumulan
en el granero de su lengua
que hace glub bufff
en su garganta estuosa
cuando da vueltas en la calesa
donde nació
entre plumas paraguayas
o joyas que cubrían
su cuerpo desvelado
que apenas tenía el calor
de un nido

o el ardor de los picotazos
en la tierra
cuando comenzaba a gatear
masticando los nudos
del lino que da vueltas
en el rodillo
de su ropa multicolor

aprendo el a b c e dario
de letreo en la imprenta
de gutenberg con el rebuzno
del asno que me lleva en el lomo
de la escritura que saboreo
mientras me abrocho los zapatos.