domingo, 5 de abril de 2009

De Ella se decía 8 y 9






"pliegue a pliegue, todos los soles han caído a lo largo de su cuerpo"



En la memoria de la mar océana
quedó grabada
la redondez terráquea del globo
que brilla en el cuarto
donde ahora está leyendo
o mirando la luz
que atraviesa el espacio o
la sábana cubierta de trigaza
donde anidan sus sueños o
las huellas que hechizan
la escritura de los libros
o asedian
la jungla de sus ojos
que bailan marineras por el sur

basta ya dice
no quiero que te asomes
a lo que despiertan mis ojos
porque tengo sueños
que se escuchan o jadean
en otros sitios
o en la música que tocan
los trovadores provenzales
en las gargantas del tibet.

Ella se mueve en el espacio
donde está
afuera hace otoño y
el viento barre
algunas luces del verano
demorado en las plumas
de los pájaros

ella dice
voy a mojarme los ojos y
hunde una mano
en el espejo que
ha dejado la tormenta
y en la mañana
lava su cuerpo
con el agua llovida
en sus laderas y
siente ganas de revolcarse
en la tierra mojada

ella es una ría
que arrastra peces
pepitas de oro o
flores amarillas que
respiran en sus piernas

ella se une al mar
y al planeta
que se despereza
y gruñe a sus espaldas
rompe sus límites y
es centella o centolla
que desova en la arena.

1 comentario:

Shandy dijo...

Llego hasta aquí por un poema que su hija deja en un Blog que ambas visitamos. Me encandiló tanto que pregunté quién era su autor. Inés me dio el nombre de su padre, Juan González, y me ofreció la dirección de su blog. Una grata sorpresa.
Aquel primer poema pertenecía a su libro de "Ella se decía". He leído varios poemas más. Me gusta especialmente el anterior a éste, y el poemario " Cartas de Andrea Azcuénaga" ( Con su permiso copio unos versos para hacer un homenaje a un amigo,a su hija y a usted)

La lectura de su cuaderno me ha emocionado. Por ese hijo desaparecido ( aquí seguimos empeñados en recuperar también a los silenciados) y porque vi en una fotografía a Daniel Moyano. Le conocí en León en un Curso de Literatura. El era un ponente y yo, muy joven, una alumna aunque ya licenciada. Nunca podré olvidar la capacidad de comunicación, la simpatía, el humor y el conocimiento de Daniel Moyano. A lo largo de una tarde, unas tres o cuatro horas, habló metaforicamente de la Historia de Argentina. Era una maravilla escucharle. Nos tenía embelesados. Fue en el año 90 0 91. Él era un exiliado que trabajaba como profesor en la Universidad de Oviedo.

Nunca más volví a verle. Tuve noticias de su muerte. Y me sentí triste.

Un placer leerle.

Le dejo el enlace por si quiere ver el espacio donde pondré unos versos que he seleccionado de su "Cuaderno de Azcuénaga".

http://tempero-koroneiki.blogspot.com/2009/04/querencias-con-el-permiso-de-su-descaro.html