lunes, 15 de diciembre de 2008

De ella se decía 4



Foto de Juan Carlos Gargiulo



Al pasar el viento marino
se inclina y saluda
a los asistentes
de la boda
ella está en la proa
del espacio verde
iluminada por la luz
que desciende de los mástiles
de pronto un aire
revuelve su pelo oscuro
y queda desnuda
con sus caderas que tiemblan
y una vibración que atraviesa
todo su cuerpo que jadea
como un hocico de perro
jjjjjjjjjjjjjjj
se escuchan los ecos
de las bodegas
los ruidos de cascos o
botellas o quillas
que rompen las marejadas
y van a dar al jardín
de la boda que se desborda
por las comidas
o el deseo que presiona
la ropa de los navegantes
que invaden
la trama de la fiesta
donde ella deja
su copa vacía
y se tiende en la cama.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Barcelona 1975




El poeta junto a su hijo desaparecido Hernán González

domingo, 9 de noviembre de 2008

Tucumán, verano del 2007




El poeta junto a su hija Inés González

De ella se decía 3






Anduvo por el aire tropezando
con artefactos que giraban
en la eternidad

¿qué serían esos gajos que rozaban
su cuerpo
ese día que cruzó el amazonas
con un cordero de la mano?

no quiere pasar de nuevo
por esa zona donde sus ojos
quedaron sin luz
pero quiere volver a respirar
el olor de las calles
o su casa
donde trama la vida
bajo la luz del limonero
que plantó hace más de treinta
años en la fiesta de los ojos
de "shuermano"

ora la corriente del tiempo
penetra en su útero
y baña la ribera helicoidal
que enciende la resina de los pinos
y enloquece los olores

ora mira una mancha verde
o deja caer los ojos
en la llanura que flamea
con su cuerpo universal.

domingo, 28 de septiembre de 2008

De ella se decía 2





A veces los sueños la atormentan
y no la dejan vivir
está viajando por el atlas
de su cuarto
con un palimpsesto donde escribe
o borra las cosas que suceden
de pronto se aproximan a sus ojos
las estrellas más cercanas
y grita aterrada
me van a aplastar
van a destruir el jardín
donde dibujo los oceanos
y viajo en el cristóforo colombo
pero siempre vuelve
cubierta de hojas o velos
con huellas en los pechos
o sombras de besos en la boca
son los sueños solares
mezclados con aullidos
que atraviesan las paredes
de su casa
donde vive echando lumbres
todo el tiempo o
tejiendo las telas de su ropa
con las que se cubre
o se menea
cuando cruza la frontera
donde abre las palabras.

jueves, 4 de septiembre de 2008

De ella se decía




a Nicolás Rosa
a José Luis Mangieri


"no se deja callar, no la dejo callar"


En este libro Juan González revela las múltiples caras de la escritura concebida como una figura arquetípica de la cual devienen aspectos como la fuerza paradigmática de lo femenino, el ethos de la comunicación y la creatividad como hecho singular y reivindicatorio del destino humano. Vasos comunicantes, oasis y desiertos significativos que se construyen y desconstruyen en el proceso histórico de la escritura.

Se imprimió en la colección de poesía "Todos bailan" dirigida por José Luis Mangieri, en 1993 Libros de Tierra Firme.

De ella se decía 1




Una humareda blanca sale
de su cabeza

eso sucede desde su nacimiento
escribe y salen de su boca
señales luminosas
y su cuerpo se cubre de mantillos
o valvas que se acumulan
en el granero de su lengua
que hace glub bufff
en su garganta estuosa
cuando da vueltas en la calesa
donde nació
entre plumas paraguayas
o joyas que cubrían
su cuerpo desvelado
que apenas tenía el calor
de un nido

o el ardor de los picotazos
en la tierra
cuando comenzaba a gatear
masticando los nudos
del lino que da vueltas
en el rodillo
de su ropa multicolor

aprendo el a b c e dario
de letreo en la imprenta
de gutenberg con el rebuzno
del asno que me lleva en el lomo
de la escritura que saboreo
mientras me abrocho los zapatos.

lunes, 28 de julio de 2008

Cartas de Andrea de Azcuenaga




a Tununa Mercado
a Noé Jitrik
a Vera

"Todo lo que escribo sucede"


Todo este tiempo estuve
afilando mis dientes
por eso me inclino para dejarlo
pasar sobre mi cuerpo
y no sentir de nuevo los golpes
de sus cascos
en mi cabeza

pensaban que iba a estar
masticándome el aire
alguien alguna vez
masticó aire

los perros dicen
mastican el aire
se alimentan de pastos
o frotan sus lomos
en la tierra
cuando va a llover

estaré loca como dicen
los que machacaron todo con sus patas
hasta el aliento de los niños
el mismísimo diablo se los lleve

Aquí las noticias
envejecen de un día para otro
y el sol se acumula
en esos nombres que designaban cosas
muebles o piedras
llaves que abrían
o cerraban la llama
de las hornillas

aquí escucho voces olores
que vienen de la calle
y mugen o chillan en las orillas
cuántas cosas suceden
a mi alrededor


por eso hablen cartas
hablen con el báculo del obispo
díganle que soy de este mundo
que no miento
y espero ser descubierta
o revelada en una foto
que se vea como las agujas
de un gran reloj
o como un megalito
en medio del desierto.

Mi piel está quedándose lilial
de tanta sombra
una década de sombra no es
nonda
es el color quebrado el
pecho del pajarito que no veo

y son tantas las cosas
que no veo
alguien afuera ve las ciudades
seguramente no pasan grullas
ni cigüeñas
con niños en el pico
sino los cinco palotinos elididos

o la intimidad
de las casas voladas no
por un ciclón
sino por panes de fuego
que dejaron insomnes
a los cuatro puntos cardinales

y llegan también
hasta aquí
y conmueven mi cordillera
o el lomo verde de mis aguas
que un día dejaré salir
para lavar todas las manchas

Hablen cartas digan que no salí
todo este tiempo
que estuve rodeada de ojos
eso
ojos que devoraban mi lengua
o mi esternón tan alegre
cuando le daba el sol o
cuando andaba por las calles

eso no lo digan ahora
no hablen de la prisionera
de la golpeada
en su macizo central

digan que sólo
escribía cartas con la boca
o bailaba la pericona nacional
y mentía le mentía mucho
a los dueños de los ojos
y era la loca de la caserna
a la que no pudieron sacarle
la gran revelación

Pronto voy a cumplir años
otra vez
lo sé por las tantas veces
que he dormido en este círculo
donde aprendí a medir el tiempo
como los cavernícolas

donde soy memoria
o puedo escuchar otra vez
el trote del caballo
que tira una jardinera
y oler el humo
de las hojas que se queman
todos los otoños

o escuchar el único gallo
que canta
cerca de donde estoy viva
no muerta
como quisieran ellos
los guardianes o
los que miran hacia arriba
cuando escuchan mis rugidos

Ellos hablan en voz baja o
bajan la voz cuando escucho
lo que dicen
están hablando de una mujer
que gritaba todas las noches
muy cerca de la caserna

ahora no grita más
pero siguen hablando
como si nada
y cuentan sus crímenes

háblame boca ahora
estírate lengua
invade el espacio manchado
lava con tus papilas
el palastro de la caserna
y dile cuatro palabritas
solamente cuatro
que les rompa el paladial
la boca de asnos

Hoy tiene que haber una salida
un día esperándome
en los umbrales de las panaderías

muévete aire baila conmigo
déjame besarte y
deja que me desnude
que lave mis ropas lejos de aquí
y ría
en las riberas del idioma
que bulle turbulento
en mi boca que sale
por las cerraduras o
en los saltos de agua
donde otras bocas me beben
o lavan sus ojos
para volver a mirar


Baila otra vez conmigo
cabeza
quítate ese zumbido
y lávame agua
el cuello de garza
tan salido de las plumas

o mis manos
que todas las noches
desvelan mi sexo
lo encienden como un faro
y es como un perro loco
que babea vean si ba bea
miren cómo moja mis
manos o mi ropa
me hace morder el cemento
y veo estrellas
cuando se descarga
y grito bailo
abrazándome los hombros
en un vuelo de tigres

y todo mi cuerpo es una tigra
encendida y cuidado
que no se asomen los ojos
que me rodean
porque puede salir toda la selva
la rabia que cruza mi abecedario

Labeo silabeo
de costado
en punta de pie
erguida mi columna
no rota
ni deshilachada

siempre de pie
estirando el cuello
las vértebras
el hilo de la médula
toda la luz que soy
que da miedo a los ojos
que me miran
mis ojos dan miedo
lo que sale de mi boca
miedo

soy la mirada
el sonido
que perfora los muros

Soy la loca de la lengua
así me dicen
y para que no me destruyan
de sembrado palabras
por todas partes

son como la hiedra
viven resplandecientes
en los muros
el viento las lleva o
las trae
de nuevo a mi boca

hablo sola
soli loqueo día y noche
nombro o desombro
todas las cosas

soy la luz
que ilumina los muros
y no tengo miedo
de mostrar mi cuerpo
cubierto de señales

Mis sueños salen por la mirilla
de las cartas que escribo
y viajan por la tierra
o encienden las calderas
las ruedas o
las huellas borradas
de las orugas

despierta de nuevo casa
limpia tu olor
con la seda de mis dedos
sacude el polvo
acumulado en las lámparas
o en los libros mordidos
por el fuego
que no pudo destruirme

estuve soñada
por la gente
hablada en voz baja o
escrita pero muda
en las paredes

así me encontraron
tomando sol
o silbando en una esquina
que se deshacía
en mi boca llena de signos

Las paredes empiezan
a despertar
me parece
que está lloviendo/ras
escucho a través
de la pared
yo también creo
que está lloviendo/ras
contesto

quién será el que raspa
la pared del otro lado
con la mielina de sus dedos

alguien habla de la lluvia
cuenta que ha vistollover
por primera vez sobre las uñas
habla de nubes
como delfines
a mí me quedó una nube
como una medialuna en la uña

ahí estás ahora llena de agua
y desde allí te hacemos llover
hablando a las paredes/ras

Mi cuerpo se hace miel
camino de grava
o geotropismo
y vuelvo a brotar
sin pesadillas

a la madrugada
me convertían
en un olingo
y aullaba como nunca

qué más podía hacer
sino abrir
las palabras
o sincopar las sílabas
del fuego
encerrado en las
piedras o
romper todos
los sellos

ahora se me escucha
hilar
cubierta todavía
por las sombras
o por el olor
de la caserna

Bullen en mis ojos
las imágenes
y salen por mis dedos
caballos
que se arremolinan
cerca de mi cuerpo

y giro en el espacio
arrojando luces o
fragmentos de sal
de mi lengua que crece
en la trama raída

y vuelvo a ser
movimiento
alimento de las mesas
olor en las cocinas
o en las sábanas
voz de los cuerpos
enlazados o
lengua girasol
que envía mensajes
o barcos con nombres
de semillas o vocales


"Los pastos crecían cuando te encontré acurrucada tiritando de frío entre los muros entonces te tomé con mis manos lavé tu cara"


Sol que bebo
aire que tomo o
circula por mi frente
y se expande

grita nombres o
lugares donde estuve
donde estoy saliendo
de tu boca
donde estábamos
reunidos mañana
y decíamos ayer
hablabas en mi escritura
o en las solapas
y desovabas
como una desconocida

o regabas en mi cintura
las almácigas
de alevinos o
el ombligo oscuro
da la o
que sale como un huevo
por la ranura
de tus labios

Te veo al borde
de la cama
con los ojos abiertos
brillantes
como una cobra
que avanza por las grietas
de la lengua
que escribe con las
manos en jarra
en el espacio vacío

escribes
con el movimiento
de tus labios
semejantes a un incendio
la historia de los
juegos que nacen
en la niña de los ojos

inventas o borras
el color de las nubes
que pasan rozando
la urdimbre de las
ciudades o plazas que
despiertan en tu cabeza

Flameas en el papel
y es tu voz
lo que se escucha
ahora en las ventanas

escucho
el deslizamiento
de tus articulaciones
en los mercados o
vuelves a modular
las voces
de las alcobas
o la voz del buey
que lame las manchas
de tu cuerpo

cuerpo de voces
voces de tu cuerpo
que se funden
o resplandecen
en el espacio abierto

Mirándote miras
el agua florida
de las fuentes y
vuelves a ver el sol
el espacio pulido
de las piedras o
el vuelo marsupial
rasante
de los pájaros
contra el cielo

tantas cosas reunidas
otra vez ante tus ojos
tanto trigo
que habla tu lengua
orla tu boca de sonidos
y derriba los muros

murolos donde estuve
con la voz velada
pero ahora
se me escucha hablar
echar nombres o
colores por la boca

Desde la tela
miramos juntos
el verdear
de la trama
destruida

mi mano
no derramó
las ovejas
ni el aceite
de las alcuzas

ni tu pie
destruyó
los alveolos
de los dientes
ahora estás
en la cocina
parodiando
los olores
de la feria
corriendo
por los canales
de la lengua
fragmentada

Urdidora de todas
las edades y
madre de las voces
iluminas ahora
los campos o
los hilos de la
lengua que vuelve
a fluir o memorar
en los márgenes

o en los oídos
de los memoriales
donde hablabas o
hacías la loca o
escribías los anales
de la década

o dibujabas en las
paredes el humo
de los barcos
un pedazo de sol o
una figura de espaldas
mirando por la ventana


Estás aquí de nuevo
te veo entrar por la ventana
atravesar el vidrio
y sentarte en el piso
con las piernas abiertas

ensayas un gesto
que trae el olor de la resina
o de madera estacionada
en un aserradero

ensayas otro gesto
simulas abrirte la blusa
o el color de tu piel
que es barroca
renacentista o
coloquial
pero sobre todo oscura
hermética como la voz
que sale de tus pechos
o de la blancura de tus dientes

Abro la sed abro
el deseo de
decir tu nombre
la hoguera
del mundo de bocas
cerradas

abro y saqueo tus
baúles
el oro de las axilas
o el marfil de tu saliva

y aprieto tu voz
ahogada en el grito
de las sonajas
del alfabeto
de la araña blanca
que anida
en tus pestañas/

martes, 1 de julio de 2008

Tribulaciones de la Lengua




Fragmento 2

Porque soy una memoria viva y temblorosa, una memoria incendiada, vuelta llamas, que se alimenta y se abrasa a sí misma y se consume y vuelve a nacer y abrir las alas.

Fernando del Paso



Son las dos en algún sitio
donde se mueve el mar
sacudido por el viento y
hay una cortina de agua o gritos
no sé por qué tantos gritos
no digas escalofrío o bálsamo o buey
quítate los zapatos o tira la ropa
a los ojos de esa calle que te mira
y zambulle la nariz en la ventana abierta

no te espantes no es un rayo
el que divide en dos tu mirada
es el arco del horizonte que te llama
pero te ahogas en un vaso de agua
y cruje la cama bajo tu escorzo
o se cubre con la semiótica de tu cuerpo

deja que rueden por el piso
los semas de tus pezones
quítate de una vez los abalorios
el rimel y esa cara de utilería
bebe bebe de las fuentes
como los pajaritos
usa ungüentos que se hacen
a la luz de la luna
y embadúrnate las uñas
con miel o polvo de camello

cruza el desierto de noche
es mejor que te acompañe la vía láctea
o la línea de las estrellas que iluminaba
la muerte de virgilio
o el celo de los gatos que gritaban
en los techos
mientras afilaban sus dientes
con la lengua de tus zapatos
lavados por la lluvia o el ruido
de tus piernas sobre el humus de lindau

qué queda sino betty blue pierrot le fou
o la voz de joni mitchell en el tiempo
aquí sigue lloviendo y el cielo
es una breva a punto de caer

escucha mora morera
mordida por las ardillas
tu olor es dulce y pegajoso
como el sexo de claudia
que coleccionaba vaquitas de la luna
en un frasco de vidrio verde

así eran tus ojos jadeando
en el verano
así el gorrión por siete veces
inflaba sus plumas
en el volcán de su gorriona

así soplé una botella en el mar
y por la proa
o por la mejilla de la tierra
pasaban corderitos la calina
el siroco loco que viaja con hospicios
o baúles o truenos con trenes
que truenan muy cerca de mi mesa
donde conservo una piedra roja
que se estremece o arroja espuma

o llora cuando está sola
de tu mirada o de los ruidos
que hace el mar
en el hueco de tu mano
que viaja de mi sombra
hacia un costado del sol que sale
con la cola entre las piernas

o es un perro amarillo
que apenas bosteza
anímate sol saca la lengua
muestra la joya de tus dientes
abre tu boca en el trópico
o en los tropos llenos de humus
humeante en el papel en los papeles
del dadá que nace en la punta de una lengua
en mi lengua que insola asola

el cielo o la cuadrícula o el lomo
de la ilíada gastado por tus manos
escucha ordiseo el canto de los gallos
o el grito de las sirenas
que se deslizan por la curva
de un hombro besado por unos labios
que la miel quisiera

escucha vera la erupción del volcán
donde encuentro tu mirada biológica
o sigo a tu cuerpo en la nocturna
del planeta que ulula
abriendo puertas o ventanas

o sonidos que salen de las fraguas
o de la corteza
del árbol de la palabra
que amanece rodeado de simios que hablan
heridos por el fuego de las lenguas
en tu boca pez en tu rastro dinosaurio
deshecho por el movimiento de una ola
que abre su boca de sal
en los muelles arrasados por la niebla

en las anclas que sueñan con el mar
o en la tierra mezclada con raíces
o jaulas
o cadáveres llenos de mundo

o música emergiendo
del arco de tus ojos
o tus dedos
es una música aglomerada
que abre las fosas anónimas
o lanza un chorro de voces
que lamen lumbre

o mesa o sábanas lavadas
por el aire que devuelve
la palma de una mano
o la sombra de tus ojos
que vuelven a ver
el color del relámpago

abrapalabra abremoria
abre el deseo
en las celdas o fosas
para que digas
agua aire tierra fuego
o mundo

mundo que estás lleno de palabras
estallando en los labios
o iluminando una puerta
o una casa
donde nace la palabra memoria o río
río de la memoria río divino
que pasa por tus piernas
bañadas por el sol
que ahora enciende sus volcanes

o brilla en las acequias
o en la sombra de los peces
que alumbran con sus branquias
el reino de las algas
o el iris de una gota
que viaja sobre tu cuerpo
que se mueve oscuro dolido
en la memoria que se cierra o se abre
con otros nombres

o rostros
o "pétalos sobre un ramo negro y húmedo"
en la plaza tian an men
o en un albergo di roma
en un día desplegado
como un abanico dentro de tu cuerpo
que se multiplica por países o ciudades
o lenguas que duermen en un tren
y despiertan en la gente que habla

o dibuja una palabra en el aire
que exhala partículas de nombres
que atraviesan tus ojos
con sus cuerpos meteoros

o palabras que viajan
a la velocidad de la luz
llevando sueños o mensajes salidos
de las celdas mojadas por tu respiración
y deshechas
por el fuego de tu cuerpo
que se balancea o resplandece
en una habitación llena de libros

o fantasmas o flores
que salen de las paredes impregnadas
de gemidos devorados por el tiempo
que abrasa los aromos
de una aldea
donde brotan las estaciones
en remolinos de semillas
que emigran desde el báltico
y caen en los continentes

o en tu cuerpo desguazado
que florece en el aire
o en el espacio de la lengua
que inventa al mundo
con las palabras que te persiguen
o escapan de tu boca
o del pico de los gallos.

domingo, 29 de junio de 2008

Tribulaciones de la Lengua






Fragmento 1

Te diré que han comido aquí tu carne,
sin saberlo,
tu pecho, sin saberlo,
tu pie;
pero cavilan todos en tus pasos
coronados de polvo.
César Vallejo


Hoy hablan tus huesos
y los ojos se detienen
en un cuadro
es un cuadro de una riña de gallos
donde se ve el temblor de las patas
o las crestas o el temblor
de la muerte del gallo blanco
que tiene el pico abierto

o come las vocales salidas
del eco de tus manos
o de la lengua mutilada
por las ratas

rompe la nariz venga la lúpeta
caiga el ruínico de la trompa
del melícubo sayo suyo
del triste estás detrás
de la puerta sin nadie en la liana
que rompa la cúprica
del bénice del órrido solo
de la plúmbica no estrábica
ni circular sino óleo mármol mago
directamente no no tires
de la túnica del ácido del olor
del aire trémulo émulo

no rompas la mampara
el chasquido de la música
rock que sale por el balcón
ñoño wampole de la clase xíntara
de la lámpara en llamas que despertará
a la jetracina del kelatara
al perfume de la zopisa
o la klepsidra que ha perdido
la memoria

pero dónde cómo encontrar
el pico del gallo
sino en tu blusa
que guarda los redondeles
café con leche de los pezones

oh vera de los gallos
boca abierta del viento
que sacude el cuerpo de ordiseo
y hace crujir las escaleras
o las maderas del museo

ayer eras el sol la piel rayada
de los tigres de bengala
o la luz que irrumpe
la primera sala
de la exposición de greta güersman

o devora el piso de las baldosas
de la escuela de famaillá
esa escuelita a esa hora
de la muerte o las bocas
o la muerte de bocas abiertas
o los gallos teñidos de rojo crick
el pico no pica crick
la picana sí pica crick

crick sobre los ojos
hiere la luz crick
la piel se contare y
se abre la boca o
el pico tiembla por los golpes
crick las descargas crick
crick el pico o el gallo abierto

abierto para que pasen
los ojos de ordiseo
o el abecedario de tu lengua
no hay nada que destruya la memoria

abrapalabra abramemoria
pasan por el cuadro nubes de palabras
es el lenguaje oscuro
del va a llover en tus ojos
que tienen sed o
del no te muevas porque
el relámpago corta la respiración

despierta los ruidos de la casa
y las palabras salen
temblando de la boca
se estrellan en las hojas
en el frío húmedo picante
que penetra las tres salas del museo
o se mete en los gallos
en la ropa de ordiseo
o de vera

es el lenguaje
que se mueve y vibra
en la boca llena de signos
o nervaduras que se quiebran
en las alas de los gallos
del museo
que crece con los ruidos
o los juegos de los elefantes
que levantan su trompa
en el techo

o colorean las palabras
que rodean la tierra
o se atropellan en los jardines
de una casa rota donde la sombra
de los gallos
envuelve a vera
que juega con la resolana o
la memoria o pierde su rostro
invadido por el miedo
que cubre todo el patio
donde sus primos despiertan
con los juegos que se esconden

contemos hasta veinte decías
y creabas la palabra piedralibre
era libre la caída en el deseo o
en el remanso de los cuerpos
abriéndose humedeciendo
tus labios o la ropa
que se hacía agua como el agua
que va de una playa a otra
empapando la tierra
hollada por las crestas
o el cuadro que se precipita
en la boca húmeda de los cadáveres

ha llovido está lloviendo
sobre la ropa colgada en los roperos
donde anida el olor
del rayo que desata la palabra
que labra las paredes
o el cuadro o el piso de la escuela

o las brasas apagadas
donde duerme el fuego que labra
los tifones
labrándose en las costas de áfrica
en los borde de la a
en todo tu abecedario que se moja

y crecen o arden o se disgregan
las semillas en el calor
de los cuerpos muertos o vivos
que brillan bajo el sol
o las constelaciones
que emiten señales abecedarios

y cómo descifrar tanto polvo
o tanto mensaje en una hoja que cae
tanta vida en tus zapatos
o en tu ropa hecha harina

ábrete ábrete palabra
en la luz o en la sombra
calienta los calderos
de las fosas nasales
ábrete en los dientes
siembra la boca de nombres


En estas Tribulaciones de la Lengua, González traza la memoria del lenguaje a partir de tres meridianos: el antropológico, el histórico y el estético; los cuales engarzan sutilmente en un único significante: la palabra, la lengua que indaga y se auto-cuestiona apoyándose en la historia de Vera y Ordiseo, sobre la que González ha montado este poema, que reconstruye el pasado reciente convocando a la vida.
Este libro se terminó de imprimir en diciembre de 1989 por Ediciones Ultimo Reino, Buenos Aires, Argentina, y está dedicado a Hernán González y Sonia Riera

sábado, 14 de junio de 2008

Pasión de la tribu





Arde el día en su ropa raída
y suena un extraño rumor en su pecho
como una ola vecina a los vilanos
que emigran a lugares remotos
donde crujen las semillas bajo un sol
mundial
y estallan arcoiris en los colibríes
que resplandecen en el aire
dónde dónde las alas de los pájaros
los camiones alados de verduras
relucientes como joyas
que penetran los mercados la ciudad
la circunvalan de olores
joyas de verduras de las eras
partos de la tierra que navegan
en camiones como grandes garzas
ondulando el cuello para llegar
a les halles de parís en otro tiempo
al cabo de hornos
a la calle de peligros de madrid
o a la calle junín de tucumán
despierto lleno de viento
de crecientes
de bramidos
me sentía como el gato
que regresa a la casa
y desde mi cuarto seguía escuchando
el rumor del agua
el vuelo de las golondrinas
los olores los ruidos invaden
la ciudad
las ciudades del mundo despiertan
todas las mañanas grávidas
llenas de palomas o gorriones
o rumores o árboles quemados por el plomo
o el óxido de plomo de los escapes
o por la mano del hombre que destruye
el movimiento natural solar
de las hormigas del tatú carreta
agonizante muerto en el zoo de córdoba
oh el zoo de los safaris
luzol que invade las cárceles
un cementerio marino etrusco
o indígena luz de tus dientes
o de tus hombros abrazados
por mi cuerpo
luz luz que penetra o sale
de la boca de las sirenas
de mar luz que arrasa
los andenes de mi infancia
y que duerme dorada
en la cáscara de una naranja
en un palacio de semillas
la mujer se mueve con los astros
y en su cuerpo brillan los almendros
de sus pequeños senos
la colina oscura de su sexo
que palpita en el cuadro con las ovejas
con las majadas que rodean su cuerpo
es la historia que brota de las piedras
como el sol o la resolana que baña
en invierno las ruinas de quilmes
es el viento el viento que despierta
el misterio de los jeroglíficos
que enciende el fuego de la palabra
que circula por el mar mezclada
con los desperdicios
y el aceite quemado de la task force
despierto en una ciudad desnuda
y desde un balcón
descubro el juego
de las golondrinas
que abren la furia del aire
veo cómo se alejan
por los canales y reaparecen
en bella vista
en el arcoiris del pasado
y la lluvia sobre todo la lluvia
desatada sobre los árboles
la noche creciendo
como una gasa negra
como una lámpara
la luna que agoniza roja en las
aguas del río de la plata
la plata dulce la usura de ezra pound
tan viva tan dulce
en la época de martínez de hoz
oh oh la bicicleta cruza países mares
y se desliza cerca de zurich
una señora emite señales sonidos
para que la vean va en globo
un gran globo estalla en el aire
bajo una lluvia ácida
luz luz que despierta los cantos
de maldoror en una edición
del año 1925 luz sobre las flores
los pescados sobre un tanque
de guerra que no sirve para nada
luz que sale de una sinfonía de
beethoven de un cuarteto de
bela bartok o de la trompa de
dizzy gillespie luz blanca de los
pañuelos en la plaza de mayo de
buenos aires luz de lisboa de fernando
pessoa y sus heterónimos
tengo en la boca sueños
con caballos percherones trenes o
barcos que navegan en el humo
por el mar el humo de los barcos
llena mi boca de sueños



Pasión de la Tribu está constituido por un solo poema, sin ninguna puntuación y con una prodigiosa mezcla de elementos heterogéneos. La luz funciona en este poemario como el vehículo generador y conector porque alumbra todos los objetos que rodean al hombre en la tierra. La luz es, por tanto, el vehículo que hace posible la verdadera epifanía que para este poeta es el hecho mismo de vivir, no sólo porque permite aprehender la realidad a través de la mirada, sino también porque es la verdadera impulsora de la vida. En la cosmogonía de Juan González, la luz es sinónimo de mirada y se complementa con la voz de la conciencia del hombre en el proceso constante de mirar y de nombrar el universo. La conciencia que nombra es un elemento individual, pero se sirve de una herramienta común -el lenguaje- para llevar a cabo su tarea apasionada de descubrimiento. Y la palabra "pasión" que aparece en el título del poemario, en realidad tiene el carácter de una afirmación metafísica porque nos deja entrever toda una definición del ser humano que irá desarrollándose en esta trilogía: el hombre es un ser poético, definido por su herencia lingüística y su capacidad de "nombrar". González descubre en el lenguaje un poder sobrenatural que sustituye a los mitos cristianos de pervivencia tras la muerte. La palabra es la luz; su función es la de nombrar, multiplicar y mostrar, no la de explicar, el mundo que ella misma crea.

Poesía Versus Dictadura en la Argentina del Proceso: Juan Gelman y Juan González
By Elsa Cristes

martes, 10 de junio de 2008

Pasión de la tribu




El pasado volvía como un relámpago
cubierto de vegetaciones y animales
no se puede desterrar la soledad
las piedras de la noche
tal vez sea mejor así encogerse
y dejar libre a las fuerzas
de la naturaleza
sentir sobre todo
la presencia del universo ávido
como una lengua de agua
pasándote por los ojos
por el corazón lleno de grietas
quién ha esperado tanto
mientras cae el agua del cielo
aire en las caracolas que guardan
el sonido del mar aire en tu costado
aire que besa tu cuello con mi aire
aire que entra y sale de tu cuerpo
aire del mundo que respiro
cómo encontrar el camino marcado
por los astros por el viento solar
te buscaba en el mundo de una gota
de agua te buscaba en los mercados
en medio de la gente en mis viajes
árticos en la niebla de londres
como francois villon
como un perro de lengua azul
te buscaba entre mis libros
en los guiños del lenguaje
en los amantes de teruel fundidos
en la vía láctea
en el brillo de lo océanos
en la sal de la tierra


Adolfo Bioy Casares y Juan González en el Centro Cultural Virla de San Miguel de Tucumán Setiembre de 1996

sábado, 7 de junio de 2008

Entrevista

Los comienzos

Cristes: Solamente sé que naciste en Tucumán, ¿hay algo que puedas agregar sobre tu familia, tu niñez, tu adolescencia?
González: Mi infancia transcurre en el campo ( mi padre era agricultor) y a partir de la adolescencia vivo en la ciudad de Tucumán.
Cristes: ¿Cuáles fueron los estímulos que despertaron tu interés por la literatura y cuando se definió tu vocación de poeta?
González: desde niño era imaginativo y tenía una gran curiosidad por los libros. Creo que en la adolescencia aparece mi interés por la poesía; es una etapa de muchas lecturas, leía de todo pero principalmente devoraba libros de poesía y cuentos.
Cristes: ¿Cuál fue la etapa de tu vida más decisiva en cuanto a experiencias vitales que puedas verter en tu obra?
González: Hay sucesivas etapas en mi vida que están marcadas por experiencias vitales y eso está registrado en cada uno de los libros que he escrito.

Los libros favoritos

Cristes: ¿Qué tipo de lector eres?
González: Fui y soy un gran lector, no sólo de literatura. Me interesa absolutamente todo.
Cristes: ¿Cuáles son tus poetas favoritos?
González: Puedo citar a César Vallejo, Octavio Paz, pero también algunos poetas anglosajones y franceses.
Cristes: Si pudieras rescatar solamente cinco libros de un fuego que consumiera todos los otros ¿cuáles serían esos libros?
González: No sé si solamente pudiera rescatar cinco libros, pero sí cito a Paradisco de Lezama Lima, Bajo el Volcán de Malcom lowry, la obra de César Vallejo a partir de Trilce, La muerte de Virgilio de Hermann Broch, Ulises de James Joyce y Libertad bajo palabra de Octavio Paz.

Los otros trabajos

Cristes: Sé que, además de poeta, has sido periodista y crítico literario(¿si? he visto un artículo tuyo sobre Cortázar), ¿podrías comentar si consideras que esos traslados de una modalidad de escritura han hecho más fácil o más difícil tu tarea de poeta?
González: El trabajo periodístico que hice fue de tipo cultural y esto operó positivamente en mi escritura.

El trabajo de poeta

Cristes: ¿Puedes decir algo sobre el proceso creativo mismo? Cuando empiezas a escribir, ¿partes de una idea, de una imagen, de un hecho que te conmueve; de dónde surge tu inspiración?
González: En cuanto al proceso creativo puedo decir que éste se inicia en mi caso personal, a partir de una imagen o de un hecho que me conmueve. No creo en la inspiración, ni en la escritura ingenua.
Cristes: ¿Qué te impulsa a escribir? ¿Cuáles son tus motivos para hacerlo? ¿Qué puedes decirnos de lo que esperas lograr con tus poemas?
González: No resulta fácil definir los motivos que llevan a un poeta a escribir, sin embargo, trataré de realizar una aproximación al proceso de la creación poética: sobre esto pienso que, en primer lugar, surgen las obsesiones personales como un disparador de la imaginación. Luego, este proceso va manifestándose bajo la forma de un flujo de imágenes, de las que habrá de emerger una especie de epifanía o revelación, mediante la cual el poeta conectará con otras zonas de la realidad.
La singularidad de este mecanismo reside en el lenguaje como instrumento de revelación significativa, de esas otras zonas de la realidad. De allí que semejante herramienta nos inscribe, ontológicamente hablando, en el registro de todos los tiempos, desde la escritura tribal hasta la escritura de la informática.
Por esto, en mi caso personal, la poesía es sinónimo de comunicación, lenguaje y escritura. Un poema es, ante todo, una entidad lingüística y sensorial, que llega al lector a través de la emoción y las imágenes y que, además, se funda en una determinada alquimia textual.
Desde esta perspectiva diría que mi poesía resulta de una amalgama entre niveles diferentes de la realidad: las vicisitudes históricas, el drama del hombre, sus sueños y utopías, es decir, que para mí la poesía no hace sino revelar la complejidad del ser humano y revelarse como una forma de conocimiento.
No obstante ello, considero que el proceso de creación poética es irreductible, porque siempre hubo y habrá más de una teoría, entonces, lo más importante quizás sea,la felicidad que uno siente al terminar de escribir un poema.
En mi producción más reciente concibo el discurso poético como una estructura capaz de albergar elementos narrativos, que sin modificar la identidad unitaria del poema, se presentan bajo la apariencia de verdaderos personajes simbólicos. Esto es justamente lo que ocurre en mi último libro: "De ella se decía", donde la lengua es un personaje que juega con el sentido de las palabras, distorsionándolas o reinterpretándolas sobre la base de las emociones que cada una de ellas sugiere.
Quizás por esto, cuando escribo siento que camino por una cornisa, donde por un lado acecha el riesgo de caer en los excesos verbales y, por otro, la necesidad imperiosa de lograr la perfección. Sin embargo, precisamente allí, el manejo del lenguaje se transforma en la facultad más elevada que posee el hombre y también en la más peligrosa, ya que la palabra es y será un instrumento subversivo.
A veces, en la vida de los hombres hay circunstancias determinantes y, personalmente, mi residencia de casi diez años en España no representa una excepción, porque durante ese tiempo fue creciendo en mi una mayor preocupación por el destino de nuestro continente, con todos sus conflictos políticos y económicos, de los cuales mi poesía nunca estuvo separada, porque a pesar del pragmatismo de estos tiempos, pienso que nunca como hoy la creación estuvo cargada de tanta responsabilidad, ya que vemos en ella, uno de los pocos valores que subsisten en un mundo sin valores, la única manera de comprender y develar la realidad, en medio de la ruina de la cosmovisión racionalista.
En síntesis, para mi la poesía es el vehículo de la utopía, no para confrontar, sino para enriquecer y potenciar la realidad y, en última instancia, tal vez sea como afirmaba Einstein: "hay un solo camino de salvación y de comunicación con todo: la poesía".
Cristes: ¿Eres cuidadoso respecto al proceso de pulir lo que escribes o publicas la primera versión sin corregir?
González: Si el poema es un cuerpo verbal, conformar este cuerpo requiere una paciente elaboración. Corrijo o trabajo el poema hasta lograr una versión definitiva; nunca me quedo con la primera versión.
Cristes: ¿Qué importancia tiene el sonido y la grafía? ¿Cuan consciente estás del número de sílabas o de los acentos? ¿Lees en voz alta? ¿Piensas en la forma en que tus poemas se verán en el papel?
González: La poesía, para mí, tiene un tono y un ritmo que van marcando la escritura del poema. Y claro que leo en voz alta para sentir cómo suena el poema.
Cristes: ¿Cuál fue el primer poema que publicaste y cuál el primero en el que consideras que encontraste tu voz propia?
González: No recuerdo cuándo publiqué mi primer poema y en cuanto a la "voz propia" creo que esta aparece a partir de mi tercer libro "El grito en el cielo" editado en Madrid en el año 1983.
Cristes: ¿Podrías hablarnos de las circunstancias en que nacieron tus tres poemarios: "Pasión de la tribu", "Tribulaciones de la lengua" y "Cartas de Andrea de Azcuénaga"?
¿En qué fecha los escribiste?
González: Las circunstancias en que se gestaron los poemas que integran "Pasión de la tribu", "Tribulaciones de la lengua", y "Cartas de Andrea de Azcuénaga", son particularmente trágicas para América del Sur, donde gobiernos democráticos han sido reemplazados por dictaduras.
Históricamente esto ocurre en la década del 70.
Los libros mencionados fueron gestados en esa década pero escritos a partir del año 80 en el orden en que están enumerados.

La misión del escritor

Cristes:¿Cuál debe ser la posición del escritor con respecto a la realidad, aceptarla, denunciarla, interpretarla, corregirla?
González: La misión del escritor es un tema vastamente tratado en este siglo y, en este sentido, hay muchas opiniones. Lo cierto es que el escritor antes que nada es un hombre, y como hombre de su tiempo tiene responsabilidades, y lo que escribe debe tener la marca de ese tiempo, la escritura expresa entonces la realidad, que es múltiple.

El exilio

Cristes: La dictadura militar produjo la migración de un gran número de escritores que salió en busca de un clima más benévolo para la creación (y la vida),¿ qué razón te impulsó a salir cuando lo hiciste?
González: El clima de terror y de violencia que se vivía la década del 70 ( la inseguridad por el hecho de pensar diferente) fue una de las razones de mi exilio.
Cristes: El exilio implica un desgajarse de la raíces propias pero también una apertura de miras, aún con respecto a tu propia cultura, ¿cuál fue tu experiencia personal?
González: Todo exilio implica necesariamente un desarraigo y es traumático, pero si uno se integra a la nueva cultura donde se va a vivir, indudablemente ésta le va a aportar elementos positivos que con seguridad van a enriquecer el mundo del creador. En mi caso personal ésta fue mi experiencia.
Cristes: ¿Qué te impulsó a volver, y en qué momento lo hiciste? En retrospectiva, ¿te parece que fue ésa una decisión acertada?
González: Seguramente fue la recuperación de la democracia en mi país. Vuelvo en el año 1984. Fue una decisión acertada, pero hay muchas dificultades para vivir, sobre todo económicas.

Los planes

Cristes: ¿Qué proyectos tienes para el futuro?
González: Como escritor respondo que mis planes son: seguir escribiendo.


Entrevista realizada al poeta Juan González por Elsa Cristes en la Tesis Doctoral "Poesía versus dictadura en la Argentina del Proceso: Juan Gelman y Juan González" presentada en The Florida State University College of Arts and Sciences año 1996

Los Hilos de la Trama



Poema inédito en homenaje a su hijo desaparecido Hernán González

jueves, 5 de junio de 2008

Pasión de la tribu


La luz la luz que invade

los jardines los mercados

el cielo de tu boca

luz mediterránea

risa rizo garabato de la luz

tu sonrisa de gioconda

que invade mi cabeza de majadas

luz alta baja de las carreteras

luzsombra sobre las piedras

de la ciudad encantada

de cuenca


las majadas vuelan

pastan por el sur

hilando en las hilanderías

manchas y colores

que cubren paredes cuerpos y camas

urnas funerarias que conservan el olor

el sol el viento el tiempo acumulado

en las ovejas en la boca de las ovejas

que respiran en los tapices o

en un cuadro de marc chagall colgado

en el british museum de londres


donde duerme una mujer desnuda

abrazando caballos azules astros

en movimiento

por todo el cielo navega mi cabeza

y la tierra los vientos sacuden

los hilos de la rueca

que arma y desarma el misterio

de la trama

donde veo las huellas de tu pie

la sombra de un pie que nace

como un río amarillo río de mariposas


es el trópico me dicen

escucho sin prestar atención

lo que busco es otra cosa

algo que no he podido encontrar

todavía

sé que tarde o temprano

aparecerá en mis sueños

vivo un desorden claro

miro cómo se levantan las tormentas

escucho el aullido del vacío

escucho toco la llama de la pasión


que brilla en la noche

como un ojo de gato

se desatan las tribus

y vuelven los gritos de las cavernas

el iris relampagueante del odio

que oscurece la mirada

que brama en la creciente del pecho

y muerde las sábanas

el fondo de los espejos

donde te miro trajinar en la cocina

atravesada por el deseo


que te acerca a mis ojos

a la raíz de mi lengua que lame

tu cuerpo que arde

con los pájaros

que vuelan en mi cabeza

invadida de ruidos y voces

que atormentan los sueños

pirámides de luz

que iluminan las monedas

los países

luz que penetra el mar e ilumina


tu mundo submarino

luz oro viejo de las hojas

de los castaños de parís

luz de los álamos olmos chopos

que chorrean luz amarilla

luz de los huesos

que se eleva de noche en el campo

pero estás aquí de nuevo

en la luz

extrañamente vacía

en el olvido de decirlo todo


con palabras que no alcanzarás

a pronunciar porque todo es como

un prisma que gira y gira

y sólo puedes recordar

algún reflejo del arcoiris

o tal vez la fusión de todos los colores

y esto ya no lo puedes decir

sino sentir como un estremecimiento

como un beso sobre los párpados

fue así llovía muchísimo y las nubes

quedaban colgadas del cielo


golpeando las alas de las plantas

y siempre igual

el tiempo girando lentamente

hacia el centro de la isla

la costa como una bandada de espuma

salpicada de gaviotas

y el aire de las manos tropezando

en los papeles en los nidos

de los sueños en los vitrales

derribando los colores

te comería el alma dijiste


y sucumbíamos en el infierno

de las cacerías

la pasión de la tribu

el olor de los cuerpos bañados

por una luz roja

que encendía las ventanas

las maderas el aliento de tu boca

universal que amé en la isla de oms

o en lindau en medio de la niebla

luz de tus ojitos de maíz

luz luz intermitente


del vientre de las luciérnagas

luz de la linterna de diógenes

de la vela de rimbaud

en abisinia áfrica año 1880

luz que ilumina el ocio

de los gatos

la cabeza de los niños que nacen

la mañana navega en los ojos

de un perro que ha dormido

en las hojas del otoño

es tan lenta la mañana


es tan suave la dulzura de sus dedos

corderos que pasan atropellándose

como emperadores destronados sin destino

es tanto tanta cosa pública impública

que avanza o retrocede lejos de mi cuerpo

de tus ojos que puedo mirar

cuando hueles a piedra partida por un trueno

viejo ulises están oscureciendo el agua

florida de tus poros están azufrando

el vino perlado de las bodegas del puerto

de la ciudad del buen aire


aire con zumbidos y ruidos de huesos

en el fondo del río de la plata

ojos que te hablan manos que te escuchan

mira el día

innumerables brazos rodean tu cintura

escucha el sonido de los cuerpos

que vuelven de las sombras chorreando sol

son gajos que me acarician

lenguas de miel que estallan en mis manos

voy aprendiendo sus nombres

sus señas particulares


no quiero olvidar nada

ni las manchas de sangre

ni los papeles llenos de secretos

que dicen "mataron el árbol de diana

el misterio soleado de las

voces en el parque"

flechas de humus que avanza y retrocede

sombras de animales y plantas

un bisonte herido huye hacia el infinito

pero sus formas quedan

en las cuevas de altamira




Del libro "Pasión de la tribu"

Junto al poeta Daniel Moyano


sábado, 31 de mayo de 2008

Materia del canto

Todos los días
salgo por las calles
decidido a madurar
la vida
y penetro me sumerjo
en los rostros
en las manos
en el corazón del viento
velozmente
como un mágico trompo
y voy apretado
entre voces y lenguas
que conozco bien
transito las palabras
esta dura necesidad
de expresar y comunicar
embadurno las monedas
solicito a los árboles
una música en sus hojas
y miro largamente
las huellas del hombre
sobre el tiempo

poque es así
y no de otra manera
porque hay que andar
con ojos de tormentas
para las lluvias
porque hay que sentir
y conocer los días
del puro esplendor
de la más alta pena
y vivir de pie
parado sobre la tierra
con todo el cuerpo
con toda la memoria
de lo sucedido
con los acontecimientos
de hoy y de mañana
porque éste
es nuestro tiempo
ésta la materia
de mi canto


Una poética ruptural

Un grupo numeroso de autores que comienza a producir en el Noroeste Argentino en los años 60 rechazan las renovaciones propuestas por la vanguardia de 1920 y practican, por el contrario, una sencillez expresiva de heterodoxia funcional. Se proponen revalorizar antiguos poetas y, de este modo, permanecen conectados a la línea de poesía neorromántica del 40. Los anima la ilusión de que es posible recrear la realidad que viven por medio de la palabra y escapan al realismo de su época, creando un microcosmos textual que se vuelve imagen de sí mismo, descolgado de todo contexto histórico.
Inés Aráoz y Juan González representan dentro de este campo intelectual, lo más audaz en modos escriturarios ya que practican la convulsión del verso Girondino, el choque fónico y gráfico de las palabras, su contaminación y resemantización permanente en un sistema cerrado y a la vez abierto a múltiples interpretaciones.
Juan González publica en Signo sus poemas, hasta entonces inéditos, y en su producción se conjugan las líneas de renovación que operan en la poesía porteña de los años 60. Primero, el texto trabaja con la matriz autorreferencial, que lo vuelve objeto de sí mismo, en el único referente que existe; más tarde, el ingreso de la historia en su interior, le permitirá realizar el enclaje en el mundo extra-textual.
Su primer libro, Los días y la tierra, aparece en 1962. Diseña en él un yo lírico que se expresa como un hombre común ya que vaga con sus fantasmas por las calles. Se hacen presente la nostalgia y la comunicación de una naturaleza interior de cosas y seres.
Pero ya en Mandatos y revelaciones (1969), aparece, en germen, el referente histórico que se afirma más tarde y se despliega en juego permanente de alusiones y elusiones en un estilo profuso con evidentes fracturas. Se conjuga en este último libro la nostalgia por el tiempo de la infancia y la preocupación por el tiempo existencial del hombre anclado en una historia. La palabra busca comunicar la experiencia de un nosotros, es decir de una colectividad humana tocada por el tiempo histórico.
A pertir del 80 se editan Pasión de la tribu (1988), Tribulaciones de la lengua (1989) y Cartas de Andrea de Azcuénaga (1991). En todos ellos Juan González practica estrategias escriturarias relacionadas, de diferente manera, con el postulado bajtiniano de la novelización de los géneros. Al mismo tiempo el estilo gana densidad y hermetismo y las sorpresas en el discurso aumentan así, su capacidad de información.
El grito en el cielo (1983) constituye un libro de fundamental importancia en la historia de esta poética por cuanto a manera de bisagra, divide y articula al mismo tiempo etapas completamente diferentes de la poética de Juan González. Su propuesta constituye, por un lado, un corte con lo hecho hasta entonces, y por otro, la afirmación de una nueva voluntad escrituraria.
Aparece en Madrid editado por Ayuso, durante el exilio del poeta, y llega a ser finalista del premio "Adonais" de poesía. González abandona en él la escritura ingenua y comienza a practicar juegos con el lenguaje: la supresión de signos de puntuación, la indiferenciación de las letras minúsculas y mayúsculas. El sujeto lírico pone al lector frente a una avalancha de textos que despliegan intertextos prestigiosos. Paisajes remotos y cargados de exotismo se conectan con otros actuales y heterogéneos. La influencia del cubismo y del surrealismo se pone de manifiesto en la técnica escrituraria que opera a la manera de collage, pegando a la par de lo pintado.
La disyunción es diseñada a nivel micro y macro-Textual en los poemarios que imitan un estilo de construcción setentista a la manera de Tamara Kamezain. El viaje como leiv-motiv expresa ideas nuevas como la función de la memoria dentro del mecanismo de la cultura y la metadiscursivización del tejido textual, ¿ Cuál es el rol que cumple la escritura en la sociedad?
¿Hay algún punto de encuentro entre las palabras, la política y el arte? Son éstas, algunas de las preguntas que motivan búsquedas posteriores y que fructificarán en sus textos del 90.

El poder del signo disociado en la poética de Juan González Rita Indiana Jorrat

El poeta junto a Vicente Aleixandre


viernes, 30 de mayo de 2008

Girasoles

En la llama viva de una flor
llegas madura de tiempo
poblada de países
con todas las estaciones
con el color frío de junio
con las manos tendidas
y cálidas
con tus permanentes viajes
solitarios y desandados viajes
de un cuerpo hacia otro cuerpo
corriendo desesperada
para vivir otras vidas
que el mundo te promete
pero eres una flor
una corola
de estremecida sangre
que golpea gota a gota
sobre los muros de tu corazón

en tu vestido
de brillantes girasoles
ruedas largamente sacudida
alegre y sola como un cántaro

nadie puede tocar la música
la triste música de tu rostro
ni la marea de tus ojos
que van y vienen por los espejos
sin detenerse
sin ver a nadie
o tal vez tu mirada penetra
de algún modo insólito
terrible oscuramente cierto
en lo más vivo
del deseo y la memoria
en un mundo claro
y sin explicación
con dolor y bello
sin otra cosa que la ternura
para destruir el miedo
para combatir la tristeza
que a veces te socava

pero sigues al sol
lo buscas
como los girasoles
para brillar alto
y estar desnuda
como un ojo irisado
en una estación de amor
radiante y única

La casa


Qué mano secreta golpea
qué ruido de alas
atraviesa la tarde
no puedo nombrarte ahora
pasión o distancia
ojo desnudo bajo la lluvia
brazo de ternura caído
en las redes del tiempo
no volverás a dolerme
como cuando niño
me golpeaban los cumpleaños
o esa palabra trenes
me dormía en sobresaltos
no volverás dije
por esta calle
que ya no te reconoce
y esta casa
tan antigua como el amor
seguirá encendida
como una lámpara.


Del libro Mandatos y Revelaciones

El poeta Juan González y Vicente Aleixandre


Homenaje y difusión

Juan González es considerado uno de los más destacados poetas tucumanos. Su primer poemario, Los días y la tierra, data de 1962. Luego siguieron : Mandatos y revelaciones, de 1969; El grito en el cielo, de 1982, durante su exilio en España; Pasión de la tribu, de 1988; Tribulaciones de la lengua, de 1989; Cartas de Andrea de Azcuénaga, de 1991; y De ella se decía, de 1994. Como periodista colaboró en El País, de España, en el Corriere della Sera, de Italia, y en Unomásuno, de México.

El poeta pasó los años de la dictadura argentina en el exilio, le secuestraron y asesinaron un hijo, retornó con la democracia a su provincia natal y durante años trabajó como asesor literario de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Tucumán.

Actualmente reside en Tucumán.