
La luz la luz que invade
los jardines los mercados
el cielo de tu boca
luz mediterránea
risa rizo garabato de la luz
tu sonrisa de gioconda
que invade mi cabeza de majadas
luz alta baja de las carreteras
luzsombra sobre las piedras
de la ciudad encantada
de cuenca
las majadas vuelan
pastan por el sur
hilando en las hilanderías
manchas y colores
que cubren paredes cuerpos y camas
urnas funerarias que conservan el olor
el sol el viento el tiempo acumulado
en las ovejas en la boca de las ovejas
que respiran en los tapices o
en un cuadro de marc chagall colgado
en el british museum de londres
donde duerme una mujer desnuda
abrazando caballos azules astros
en movimiento
por todo el cielo navega mi cabeza
y la tierra los vientos sacuden
los hilos de la rueca
que arma y desarma el misterio
de la trama
donde veo las huellas de tu pie
la sombra de un pie que nace
como un río amarillo río de mariposas
es el trópico me dicen
escucho sin prestar atención
lo que busco es otra cosa
algo que no he podido encontrar
todavía
sé que tarde o temprano
aparecerá en mis sueños
vivo un desorden claro
miro cómo se levantan las tormentas
escucho el aullido del vacío
escucho toco la llama de la pasión
que brilla en la noche
como un ojo de gato
se desatan las tribus
y vuelven los gritos de las cavernas
el iris relampagueante del odio
que oscurece la mirada
que brama en la creciente del pecho
y muerde las sábanas
el fondo de los espejos
donde te miro trajinar en la cocina
atravesada por el deseo
que te acerca a mis ojos
a la raíz de mi lengua que lame
tu cuerpo que arde
con los pájaros
que vuelan en mi cabeza
invadida de ruidos y voces
que atormentan los sueños
pirámides de luz
que iluminan las monedas
los países
luz que penetra el mar e ilumina
tu mundo submarino
luz oro viejo de las hojas
de los castaños de parís
luz de los álamos olmos chopos
que chorrean luz amarilla
luz de los huesos
que se eleva de noche en el campo
pero estás aquí de nuevo
en la luz
extrañamente vacía
en el olvido de decirlo todo
con palabras que no alcanzarás
a pronunciar porque todo es como
un prisma que gira y gira
y sólo puedes recordar
algún reflejo del arcoiris
o tal vez la fusión de todos los colores
y esto ya no lo puedes decir
sino sentir como un estremecimiento
como un beso sobre los párpados
fue así llovía muchísimo y las nubes
quedaban colgadas del cielo
golpeando las alas de las plantas
y siempre igual
el tiempo girando lentamente
hacia el centro de la isla
la costa como una bandada de espuma
salpicada de gaviotas
y el aire de las manos tropezando
en los papeles en los nidos
de los sueños en los vitrales
derribando los colores
te comería el alma dijiste
y sucumbíamos en el infierno
de las cacerías
la pasión de la tribu
el olor de los cuerpos bañados
por una luz roja
que encendía las ventanas
las maderas el aliento de tu boca
universal que amé en la isla de oms
o en lindau en medio de la niebla
luz de tus ojitos de maíz
luz luz intermitente
del vientre de las luciérnagas
luz de la linterna de diógenes
de la vela de rimbaud
en abisinia áfrica año 1880
luz que ilumina el ocio
de los gatos
la cabeza de los niños que nacen
la mañana navega en los ojos
de un perro que ha dormido
en las hojas del otoño
es tan lenta la mañana
es tan suave la dulzura de sus dedos
corderos que pasan atropellándose
como emperadores destronados sin destino
es tanto tanta cosa pública impública
que avanza o retrocede lejos de mi cuerpo
de tus ojos que puedo mirar
cuando hueles a piedra partida por un trueno
viejo ulises están oscureciendo el agua
florida de tus poros están azufrando
el vino perlado de las bodegas del puerto
de la ciudad del buen aire
aire con zumbidos y ruidos de huesos
en el fondo del río de la plata
ojos que te hablan manos que te escuchan
mira el día
innumerables brazos rodean tu cintura
escucha el sonido de los cuerpos
que vuelven de las sombras chorreando sol
son gajos que me acarician
lenguas de miel que estallan en mis manos
voy aprendiendo sus nombres
sus señas particulares
no quiero olvidar nada
ni las manchas de sangre
ni los papeles llenos de secretos
que dicen "mataron el árbol de diana
el misterio soleado de las
voces en el parque"
flechas de humus que avanza y retrocede
sombras de animales y plantas
un bisonte herido huye hacia el infinito
pero sus formas quedan
en las cuevas de altamira
Del libro "Pasión de la tribu"
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