jueves, 5 de junio de 2008

Pasión de la tribu


La luz la luz que invade

los jardines los mercados

el cielo de tu boca

luz mediterránea

risa rizo garabato de la luz

tu sonrisa de gioconda

que invade mi cabeza de majadas

luz alta baja de las carreteras

luzsombra sobre las piedras

de la ciudad encantada

de cuenca


las majadas vuelan

pastan por el sur

hilando en las hilanderías

manchas y colores

que cubren paredes cuerpos y camas

urnas funerarias que conservan el olor

el sol el viento el tiempo acumulado

en las ovejas en la boca de las ovejas

que respiran en los tapices o

en un cuadro de marc chagall colgado

en el british museum de londres


donde duerme una mujer desnuda

abrazando caballos azules astros

en movimiento

por todo el cielo navega mi cabeza

y la tierra los vientos sacuden

los hilos de la rueca

que arma y desarma el misterio

de la trama

donde veo las huellas de tu pie

la sombra de un pie que nace

como un río amarillo río de mariposas


es el trópico me dicen

escucho sin prestar atención

lo que busco es otra cosa

algo que no he podido encontrar

todavía

sé que tarde o temprano

aparecerá en mis sueños

vivo un desorden claro

miro cómo se levantan las tormentas

escucho el aullido del vacío

escucho toco la llama de la pasión


que brilla en la noche

como un ojo de gato

se desatan las tribus

y vuelven los gritos de las cavernas

el iris relampagueante del odio

que oscurece la mirada

que brama en la creciente del pecho

y muerde las sábanas

el fondo de los espejos

donde te miro trajinar en la cocina

atravesada por el deseo


que te acerca a mis ojos

a la raíz de mi lengua que lame

tu cuerpo que arde

con los pájaros

que vuelan en mi cabeza

invadida de ruidos y voces

que atormentan los sueños

pirámides de luz

que iluminan las monedas

los países

luz que penetra el mar e ilumina


tu mundo submarino

luz oro viejo de las hojas

de los castaños de parís

luz de los álamos olmos chopos

que chorrean luz amarilla

luz de los huesos

que se eleva de noche en el campo

pero estás aquí de nuevo

en la luz

extrañamente vacía

en el olvido de decirlo todo


con palabras que no alcanzarás

a pronunciar porque todo es como

un prisma que gira y gira

y sólo puedes recordar

algún reflejo del arcoiris

o tal vez la fusión de todos los colores

y esto ya no lo puedes decir

sino sentir como un estremecimiento

como un beso sobre los párpados

fue así llovía muchísimo y las nubes

quedaban colgadas del cielo


golpeando las alas de las plantas

y siempre igual

el tiempo girando lentamente

hacia el centro de la isla

la costa como una bandada de espuma

salpicada de gaviotas

y el aire de las manos tropezando

en los papeles en los nidos

de los sueños en los vitrales

derribando los colores

te comería el alma dijiste


y sucumbíamos en el infierno

de las cacerías

la pasión de la tribu

el olor de los cuerpos bañados

por una luz roja

que encendía las ventanas

las maderas el aliento de tu boca

universal que amé en la isla de oms

o en lindau en medio de la niebla

luz de tus ojitos de maíz

luz luz intermitente


del vientre de las luciérnagas

luz de la linterna de diógenes

de la vela de rimbaud

en abisinia áfrica año 1880

luz que ilumina el ocio

de los gatos

la cabeza de los niños que nacen

la mañana navega en los ojos

de un perro que ha dormido

en las hojas del otoño

es tan lenta la mañana


es tan suave la dulzura de sus dedos

corderos que pasan atropellándose

como emperadores destronados sin destino

es tanto tanta cosa pública impública

que avanza o retrocede lejos de mi cuerpo

de tus ojos que puedo mirar

cuando hueles a piedra partida por un trueno

viejo ulises están oscureciendo el agua

florida de tus poros están azufrando

el vino perlado de las bodegas del puerto

de la ciudad del buen aire


aire con zumbidos y ruidos de huesos

en el fondo del río de la plata

ojos que te hablan manos que te escuchan

mira el día

innumerables brazos rodean tu cintura

escucha el sonido de los cuerpos

que vuelven de las sombras chorreando sol

son gajos que me acarician

lenguas de miel que estallan en mis manos

voy aprendiendo sus nombres

sus señas particulares


no quiero olvidar nada

ni las manchas de sangre

ni los papeles llenos de secretos

que dicen "mataron el árbol de diana

el misterio soleado de las

voces en el parque"

flechas de humus que avanza y retrocede

sombras de animales y plantas

un bisonte herido huye hacia el infinito

pero sus formas quedan

en las cuevas de altamira




Del libro "Pasión de la tribu"

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